Archivo de la categoría: Impresiones de Viaje

Notas de color, turísticas y varias

Holanda 3 vs Brasil 0, Post Match en la Fan Fest de Río

Sábado 12 de Julio 2014. Pocos minutos después de una nueva frustrante derrota de la Selección brasileña, los torcedores que se quedaron en la Fan Fest, junto con los numerosos turistas presentes de distintas partes del mundo, especialmente de latinoamérica y más precisamente de Argentina, nos dispusimos a pasar un muy buen rato oyendo música y algunos bailando al ritmo de una banda que se presentó en el escenario debajo de la pantalla gigante.

Era la última noche antes de la Final y su noche posterior, que podía llegar a ser de gloria o de derrota. Consciente de que posiblemente no me iba a quedar al show posterior a la Final en la Fan Fest, me dediqué a recorrer el lugar esa noche sacando fotos y disfrutando del encuentro con los fans que se divertían en un lugar ideal para hacerlo.

Sorprendentemente, me encontré con mi médico clínico y un grupo de ocho amigos que habían viajado a último momento después de la Semifinal del miércoles, para estar en Río para la Final.

Mientras le propuse a él y sus amigos sacarles una foto con unos mexicanos y ellos empezaron a juntarse para posar, de repente un montón de personas se quisieron agregar a la foto, y terminé sacando la foto más llena de hinchas de todas las que saqué durante la Copa !!!!!!

Fue muy divertido ese rato pasado en la Fan Fest luego de un partido que los brasileños trataron de olvidar rápidamente. En el lugar había muy pocos holandeses, porque sus hinchas estaban siguiendo al equipo en Brasilia.

Holanda 3 vs Brasil 0, la Previa en la Fan Fest de Río

Sábado 12 de Julio 2014 estuve viendo el match entre Holanda y Brasil por el 3er. Puesto en la Fifa Fan Fest de la Playa de Copacabana. A diferencia de todos los partidos anteriores, me resultó fácil ingresar al recinto de la Fan Fest.

Había hinchas de distintas partes del mundo, y sorprendía ver pocas camisetas brasileñas y un clima alegre y totalmente distendido, sin ninguna tensión ni preocupación por el partido.

Entre las curiosidades, hubo personas que se pasearon por el aire por encima del público ( algunos sacando fotos ) sostenidos por un arnés. Cuando subía a la torre de salida y luego se colgaba en el aire un argentino con la camiseta puesta, los brasileños silbaban y le gritaban cosas agresivas o con onda de cargada.

En el recinto había numerosos puestos de venta de bebidas, y se consumía mucha cerveza, lo cual debe haber ayudado al clima de algarabía general.

Holanda 3 vs Brasil 0, la previa de Hinchas y Torcedores

Sábado 12 de Julio 2014 en Río de Janiero, un par de horas antes del partido por el 3er. Puesto entre Brasil y Holanda.

Me dirigía en Metro a la playa de Copacabana para ver el partido en la Fan Fest, cuando me encontré con un grupo de hinchas argentinos cantando en el subte. Les saqué una foto y los filmé.

Luego de hacer combinación, conocí en el subte a dos jóvenes arquitectos irlandeses, y charlamos animadamente un buen rato durante el viaje y mientras caminamos unas cuatro cuadras hasta la playa junto con un holandés que los estaba esperando a la salida del Metro. Fue un encuentro muy entretenido, y los fotograié conmigo con el Hotel Copacabana Palace de fondo, y los filmé en la Avenida Atlántica, antes de que ellos se fueran a la Fan Fest y yo me quedara filmando y sacando fotos.

Lo más divertido de esa primera parte de la Previa, fue un duelo de cánticos entre un grupo de hinchas argentinos y otro de torcedores brasileños, que quedó documentado en este video.

Brasil 2 vs Colombia 1, en familia y con amigos

El partido de Cuartos de Final entre Brasil y Colombia, que terminó con la victoria del equipo local por 2 a 1, lo estuve viendo en San Pablo en el departamento de mi primo Eduardo y de su mujer brasileña Denise.

Justamente Denise se encargó de preparar una excelente mesa con riquísimas cosas saladas frías y dulces para recibir a una amiga de mi sobrino Gustavo, varias amigas de mi sobrina Caroline y un matrimonio de amigos, Ney y su señora. Decoró su living para la ocasión, que fue muy festiva, ya que Brasil jugó su mejor partido eliminando a uno de los mejores equipos hasta ese momento. Pasamos una muy linda tarde.

Con esa victoria frente al equipo de Pekerman y James Rodríguez, Brasil se ganó el derecho a enfrentar a Alemania en la Semifinal. Ese partido lo fuimos a ver a la casa de Ney, que les retribuyó la invitación para ver este partido decisivo.

Brasil 4 vs Camerún 1, en un lanchonete de San Pablo

Lunes 23 de Junio 2014. Era mi primer día en «tierra firme» en Brasil, ya que había viajado por un día y medio en omnibus hasta llegar esa mañana a la Rodoviaria de San Pablo.

Después de dejar mis valijas en custodia en la estación, me fui a palpitar el partido Holanda vs Chile cerca del Estadio Arena Corinthians. Cuando ese partido terminó, me dediqué a fotografiar y filmar el post match. Debido a esa tarea, llegué a la zona de la Fan Fest con tan sólo una hora y media antes de empezar el partido entre Brasil y Camerún, que era el último de la zona y definía quien sería el Ganador del Grupo. Cuando llegué cerca de la entrada del recinto, me encontré con un nutrido grupo de guardias de seguridad y policías, que no dejaban entrar al lugar porque estaba lleno de gente.

Terminé viendo el partido en un lanchonete ubicado frente a una de las dos entradas a la Fan Fest, entre una gran mayoría de brasileños, y algunos chilenos y holandeses que llegaron sobre la hora como yo, luego de haber estado en el estadio un rato antes.

El partido empezó con clima festivo, pero cuando Camerún empató el partido se produjo un gran silencio y preocupación, que sólo se disipó cuando Brasil anotó el segundo gol sobre el final del primer tiempo.

En el segundo tiempo Brasil convirtió dos goles más, y el clima de ese período fue muy festivo. Divertido pero muy cansado, un rato después me dirigí en Metro a la Rodoviaria, ya que a las 21:30 hs. tenía que tomar un omnibus que me llevaría a Salvador, adonde llegaría un día y medio después.

La historia de mis camisetas «mixtas»

Más de uno de uds. se habrá preguntado mientras observaba fotos de este Blog, que clase de camisetas son esas mitad argentina y mitad brasileña que tengo puestas o sostengo en muchas fotos, e incluso a veces son sostenidas por hinchas cuando posan para mí o cuando posamos juntos. Durante el viaje, muchos brasileños me miraron extrañados cuando las usaba, pero muy pocos me hicieron algún gesto de aprobación o me preguntaron por qué motivos las usaba. Les paso a contar su historia.

La idea surgió un tiempo antes de viajar a Brasil, cuando ya tenía decidido que iba a hacer un Blog sobre el Mundial durante el viaje. En ese momento no tenía totalmente claro todos los motivos para mandarlas a coser y llevarlas en mi viaje, pero algunos estaban claros para mí. Antes que nada, usar o mostrar esas camisetas querían simbolizar que llevo a Brasil en mi corazón, más allá de la rivalidad futbolística que seguramente se iba a hacer presente durante la Copa, como finalmente sucedió.

Tengo 54 años y desde muy chico amo a Brasil, sus lugares turísticos, su idioma, su gente y lo que para mí este bello país ha aportado al mundo en la música, la arquitectura, el arte y la cultura en general, y muy particularmente al futbol. Mi vínculo con Brasil empezó cuando mis tíos y primos muy queridos viajaron a Rio de Janeiro para establecerse ahí en el año 1968, por un ofrecimiento laboral a mi tío Guillermo. Se instalaron en Niteroi, del otro lado de la bahía.

A fines de 1969 hice mi primer viaje a Brasil, cuando fui a visitarlos con mi mamá y mi hermana. Con mis primos jugaba mucho al futbol cuando nos veíamos antes de su viaje, y con mis primos Mario, y Eduardo especialmente, a lo largo de los años hemos compartido el gusto por analizar el futbol y la política de nuestros dos países. Mis primos ya llevan más de 45 años viviendo en Brasil, mientras que mis tíos ya han muerto hace unos años. Ellos fueron durante muchos años uno de mis nexos principales con este querido país, y fueron mis “corresponsales” en el Mundial.

Cuando cumplía 10 años el 13 de Junio de 1970, se estaba jugando el Mundial de Mexico, ganado por la que probablemente sea la mejor selección campeona de la historia, de la mano de un señor al que le dicen Pelé, y es considerado el mejor jugador de futbol de la historia, al menos por los brasileños. No voy a entrar en polémicas con Maradona, nuestro máximo ídolo futbolero.

Mi interés por el futbol y por los mundiales nació en esos días en donde los jugadores brasileños maravillaban al mundo con su juego vistoso, alegre y efectivo, en donde su defensa recibía goles, pero sus estupendos delanteros siempre hacían más de los que recibían. Pasan los años, pero el futbol mundial recuerda con mucha nostalgia a ese maravilloso equipo de Pelé, Rivelino, Gerson, Jairzinho, Tostao, Clodoaldo y una defensa en donde el destacado era Carlos Alberto Torres, el capitán del equipo que alzó la primera Copa que yo ví por TV.

Al término del Mundial me compré uno de mis primeros libros, si es que no fue el primero, ya que no recuerdo cuando empecé a coleccionar los libros de Tintín. El libro se llama “El Mundial azteca”, y fue escrito en 1970 por un ex árbitro español y luego columnista de diarios, llamado Pedro Escartín, nacido en 1902. Aún lo tengo y es un excelente recuerdo para mí de ese gran Mundial. Uno de los capítulos del libro se llamaba “Brasil, o la sinfonía fantástica”.

En los Mundiales siguientes y en las grandes ligas del mundo he podido disfrutar de la técnica, habilidad, efectividad, gracia y estética de grandes futbolistas brasileños por revistas en otra época, y por televisión en los años más recientes. Algunos de ellos integran mi Ranking Top Ten o Twenty personal de los 10 o 20 mejores futbolistas de la historia, como Pelé, Ronaldo, Zico, Ronaldinho Gaucho, y otros me han encantado como Rivelino, Jairzinho, Falcao, Toninho Cerezo, Junior, Cafú, Roberto Carlos, Bebeto, Romario, Rivaldo, Robinho, etc…..

Con el curso de los años y algunos viajes a Brasil, he aprendido a disfrutar de buena parte de la música brasileña, como la bossa nova y la samba. He estado en el Sambódromo de Rio en algún carnaval, en el Maracaná para ver el show de Frank Sinatra y también viajé especialmente con mi amigo Daniel Riccio a participar del “Rock in Rio” con una constelación de artistas y conjuntos internacionales hace muchos años. Aprendí a disfrutar a Vinicius, Toquinho, María Creuza, Antonio Carlos Jobim, Sergio Mendez, Gal Costa, Gilberto Gil, Chico Buarque, María Bethania, Caetano Veloso, Daniela Mercury, Rita Lee, Los Paralamas do Sucesso, etc…..

Soy arquitecto y valoro la gran obra que ha hecho Oscar Niemeyer en Brasilia y otras ciudades brasileñas. Como mi primo Mario vive en Niteroi, enfrente de Rio, he podido conocer el año pasado el Paseo Niemeyer y el sorprendente Museo de Arte Contemporánea que diseñó y construyó en esa ciudad hace pocos años en una ubicación extraordinaria junto a la playa, siendo ya muy mayor.

Para completar el enlace familiar y mi aprecio por Brasil, desde hace unos 15 años se instaló en Salvador mi hermana Dolores, y un tiempo después mi hermano Santiago, ambos hijos de mi papá “Pucho” y su segunda mujer llamada Marina. Ellos dos también se mudaron ya jubilados a la isla de Itaparica en Salvador hace 10 años, para estar cerca de mis hermanos.

A lo largo de los años he viajado varias veces a Brasil, pero recién el año pasado volví después de 25 años, y pude ver a mi papá y mis hermanos después de 9 y más años, y a mi primo Mario por primera vez después de mi último viaje un cuarto de siglo antes !!!! En ese viaje surgió la idea de volver a Brasil para disfrutar del Mundial con ellos.

La Copa ya era un gran motivo por sí misma, pero el hecho de volver a ver a mis seres queridos nuevamente, y disfrutar juntos del Mundial, me terminó de decidir. Tener casa y comida en las tres sedes más importantes me facilitó la logística y me ayudó a solventar los costos de un prolongado viaje, y además me abrió la posibilidad de hacer el Blog soñado desde el “lugar de los hechos”.

Todo lo que conté fue abonando la idea de llevar a Brasil algo simbólico de lo que siento por este país, por su gente y por mi familia cercana que vive allí. Quise ir un poco en contra de la marea de la rivalidad futbolística que podía llegar a arrastrar buena parte lo que nos une a nuestros dos países vecinos, y ser portador de un mensaje para que los odios no superen el amor, la paz, la armonía y el respeto entre nuestros pueblos. Ahí nació la idea de las camisetas “mixtas”.

Cuando me las ponía tenía algunas sensaciones encontradas, producto de la famosa rivalidad futbolera. Como muchos argentinos y brasileños, no deseaba que el otro equipo ganara la Copa. “Cualquiera menos ellos”, como pensaban muchísimas personas allá y acá. Brasil Campeón con 6 títulos, y vengándose del Maracaná de 1950, habría sido demasiado para todos los demás.

El ego, orgullo y soberbia futbolera de la torcida brasileña no hubieran tenido fin. Su distancia de 6 campeonatos contra 4 de Italia, 3 de Alemania, 2 de Argentina y de Uruguay, hubiera sido demasiada diferencia para mantener el interés y la rivalidad entre potencias futboleras. Mi sueño era que Argentina y Brasil jugaran la Final en el Maracaná, pero no estaba dispuesto a alentar a Brasil a cualquier costo para que llegara a esa instancia. Me encantaba la idea de los grandes desafíos que Brasil podía llegar a tener antes de las instancias decisivas, con Chile primero, y con Uruguay después si se daban algunos resultados, y era capaz de hinchar por ambas selecciones contra Brasil.

Por eso entiendo a los brasileños que no hinchaban por nosotros. Me interesaba muchísimo ver la revancha del Maracanazo en el Castelao, y escribí una nota sobre ese tema. La derrota de Uruguay frente a Colombia evitó la que ahora, visto a la distancia y con el desempeño posterior de Brasil, pudo haber llegado a ser la segunda derrota histórica de los brasileños en manos uruguayas en un Mundial y ambas siendo Brasil como local.

Chile estuvo a punto de eliminar a Brasil, y la garra uruguaya puesta a prueba en un partido mata-mata probablemente hubiera podido lograr otro milagro futbolístico para los charrúas. No fue posible por la victoria de Colombia en Octavos. Lamentablemente el equipo liderado por James Rodríguez tuvo su oportunidad histórica, pero le pesó mucho jugar contra Brasil en Cuartos de final, y cuando cambió su actitud y  reaccionó para tratar de dar vuelta el resultado, ya era tarde.

Con el tiempo fui encontrando otros sentidos a las camisetas “mixtas”. Mi Blog se iba a sustentar en el seguimiento de las campañas de las dos grandes  selecciones del continente, la de Argentina y la de Brasil, el país anfitrión. Si iban avanzando y llegando lejos en la Copa, mi interés y el atractivo del Blog se irían incrementando. Llevar la camiseta de los dos equipos era coherente con mi motivación para disfrutar de hacer mi Blog más interesante.

Messi y Neymar eran los símbolos de las dos selecciones y son compañeros en el Barcelona, hasta hace poco el mejor equipo del mundo, y la camiseta mía tenía el 10 de Neymar. Más de una vez dí esa explicación a algún brasileño curioso, comentando que deseaba que se enfrentaran en la Final. Ese interés compartido por las campañas de los dos colosos sudamericanos fue durando hasta que Brasil sufrió el golpe más duro de su historia futbolística, incluso mayor al del Maracanazo de 1950. La catastrófica derrota 7 a 1 contra Alemania hizo pasar a un segundo plano a lo sucedido hace 64 años, entre las humillaciones futbolísticas.

Ya sin presiones por la posible disputa  de la Final, quise alentar al seleccionado brasileño en el partido por el 3er. puesto, pero los tempraneros goles holandeses no me permitieron hacerlo, en la única Fan Fest a la que pude entrar sin problemas de que estuviera llena, tan solo una hora antes del partido. Los torcedores de Rio no acompañaron con las camisetas amarillas a su selección, ni con su presencia masiva en la Fan Fest en ese partido por el premio consuelo. Muchos de los presentes charlaban mientras se jugaba el partido. Esa tarde estuvieron presentes en Copacabana muchas “garotas” que fueron a ver el partido, pero también motivadas por la presencia de la banda que hizo su  show después que terminara el match entre brasileños y holandeses.

Durante el Mundial se hicieron muchos chistes sobre Francisco el Papa argentino, sobre el Papa alemán Benedicto XVI, y sobre que Dios es brasileño. En el tema religioso encontré el último vínculo para las camisetas “mixtas”, ya que nuestros dos países están unidos por la fe cristiana, y el Papa Francisco estuvo en Brasil el año pasado con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, en su primer viaje importante fuera del Vaticano como Papa. Hace unos años escribo otro Blog llamado “Fortaleza Espiritual y Fe Viva”, que pueden visitar en la página www.fortalezayfeviva.com.ar.

Uno de mis sueños futuros es que se convierta en una asociación sin fines de lucro, y llevar  algunos de mis objetivos a Brasil, en sintonía con el pedido del Papa Francisco a los cristianos comprometidos. Por eso, llevar la camiseta mixta también tiene un sentido para mí, en una de mis principales misiones personales futuras.

Esta es la historia de las camisetas “mixtas”. Luego de vivir la experiencia mundialista, con la rivalidad futbolera a flor de piel en actitudes, comportamientos y cánticos ofensivos de ambas partes, para mí siguen teniendo vigencia los principales motivos por los cuales decidí hacerlas confeccionar.

Que la rivalidad futbolera no separe lo que una buena vecindad ha unido:
¡¡¡ Viva la hermandad entre los argentinos y los brasileños !!!!

La Final del Mundial. El partido en Copacabana

Este video muestra cómo se vivió la Final de la Copa del Mundo en la Playa de Copacabana.

Por no haber podido entrar a la Fifa Fan Fest, que estaba llena desde temprano, pude observar el partido desde la playa, pero frente a la segunda pantalla que no tenía sonido, y no tenía un recinto definido. El sonido del video es el relato de un periodista brasileño que yo tenía sintonizado en la radio.

La Previa de la Final de la Copa del Mundo

El Domingo 13 de Julio 2014 será inolvidable para los futboleros argentinos. Volvimos a jugar una Final de un Mundial después de 24 años de no hacerlo, y estuvimos muy cerca de ganarla frente a Alemania, el mejor equipo de la Copa del Mundo.

Aquí les muestro la Previa de ese trascendental partido en la playa de Copacabana, donde miles de argentinos sin entradas, hicimos el aguante en territorio «enemigo» a nuestra Selección Nacional.

El Post – Match de la Final Argentina vs Alemania

Con un estado anímico bueno, mi primera reacción recién terminado el match, fue darles unas palabras de aliento a algunos compatriotas que se cruzaron conmigo en la arena mientras intentaban retirarse. Algunos pocos lloraban, y la mayoría tenía un muy mal semblante, mientras trataban de empezar a digerir la derrota.

Cuando salí de la arena de Copacabana y empecé a caminar por la Avenida costera, el clima ya se había empezado a tranquilizar, y no se percibía peligro. De a poco empezó a volver la calma, y los que nos bancamos a los brasileños que estaban felices y que en algunos casos nos cargaban, nos quedamos a disfrutar del final del día, del torneo y seguramente de nuestros viajes. La luna estaba llena sobre el mar, mientras se oía de fondo la música del show en vivo que se estaba desarrollando en la Fan Fest, a un costado de donde estábamos.

Se podía ver de costado la pantalla gigante que mostraba el show y los grandes altoparlantes nos hacían llegar la música tocada por una banda brasileña, que era muy celebrada por los hinchas locales, que cantaban y bailaban siguiendo el ritmo.

Algunos argentinos intentaron olvidar pronto las penas y se acercaron a hablar y bailar con algunas chicas brasileñas, a costa de recibir algunas cargadas de los hombres y en muchos casos de las mismas chicas, que estaban totalmente compenetradas con el libreto de “gastar” a los argentinos.

En mi camino por la Avenida volví a sacar fotos, pero principalmente tuve la oportunidad de hablar en vivo para dos medios. Primero hablé con una joven periodista brasileña llamada Lucía, para el sitio web Uol.com.br y después para un canal de Guatemala llamado Azteca Guate. Voy a buscar las notas en sus páginas web.

También charlé fuera de cámara con un periodista argentino que vive en California y estaba haciendo notas que enviaba hacia Estados Unidos. Presencié una nota de un canal alemán, mientras un hincha germano hablaba muy contento de la mano de una brasileña con la camiseta de Flamengo. Me metí en una cargada que nos estaba haciendo una chica brasileña frente a la cámara para ese mismo periodista alemán, mostrando mis siete dedos cerca de su cara mientras ella hablaba. No pude tener paciencia y contener mi bronca hacia su actitud.

Fue muy lindo para mí poder expresar lo que sentía frente al periodismo de otros países neutrales, y dejar bien parado el honor y el orgullo argentino por haber jugado un gran partido Final y una muy buena Copa. Cuando me preguntaron si estaba de acuerdo en que Messi haya sido elegido el mejor jugador del Mundial, sin dudarlo contesté que no. No me pareció que mereciera semejante premio.

Pedí a personas que miraban como hacían las notas en las que participé, que me sacaran fotos ,y les agradecí mucho que lo hicieran. Serán unos excelentes recuerdos, que valoraré aún mucho más en el futuro.

Mis últimas experiencias agradables de la noche de Copacabana fueron primero una charla con una médica brasileña mayor que yo, otra con una joven pareja y una señora mayor, y finalmente una charla que tuve con un joven francés que tenía puesta una camiseta alternativa blanca de Boca, y que había sido uno de los tres  protagonistas de un extraordinario viaje iniciado en Canadá que cruzó toda América para llegar a Rio, en un Citroen 3CV igual al 2CV que yo tuve hace muchísimos años.

El auto estaba allí, pintado entero como una pelota, y sobre su carrocería los hinchas de todo el mundo habían escrito lo que quisieron.  El viaje tiene su propia página web, que es www.acow.org y en facebook la ubicación es www.facebook.com / acupofworld ( a cup of world ).

Fueron dos canadienses y el francés los que concretaron semejante “locura” y charlé un poco con ellos y les saqué unas fotos. También me saqué fotos con las otras personas que mencioné recién.

Sintiéndome cumplido con el día, que había sido extraordinario e inolvidable, con la tristeza de no sentir en la piel la emoción de que saliéramos Campeones y con el orgullo argentino intacto, emprendí el largo regreso a Niteroi en ómnibus cerca de las 21:30 hs.

Mi primo Mario estaba en su casa, y charlamos de las emociones del día. Hoy será mi último día completo en Rio de Janeiro. Ya compré los diarios brasileños del día, de hoy que hablan de la jornada de ayer. Se desquitan de su propia impotencia y bronca tratando de “gastarnos”. Es lo único que les queda hacer, después de sufrir semejante humillación por parte de alemanes y holandeses, y luego de darse cuenta que su selección era inferior a las tres mejores del torneo.

Cuando volvía de comprar el diario, recién pude comprobar que a partir de hoy, que los brasileños ya quedaron un poco más en paz por nuestra derrota, vamos a poder retomar el diálogo que no tuvimos durante el desarrollo de la Copa.

Hablé casi veinte minutos muy amablemente con el portero y el empleado de seguridad del edificio, en un diálogo sin gastes, bravuconadas o chicanas. Lamento no poder permanecer un par de días más para poder charlar más con gente común. La rivalidad no lo permitió antes.

Me pasé toda la mañana volcando en textos las emociones vividas ayer, que fueron muchas. El fin del viaje ya está cerca.

Ahora estoy haciendo la primera evaluación en caliente de lo vivido aquí en Brasil durante un poco más de tres semanas en Salvador, San Pablo y Rio de Janeiro.

Estoy muy conforme con la experiencia personal y con el desempeño de nuestra Selección, que volvió al sitial de los grandes, haciendo honor a su historia futbolera. Señores jugadores, muchas gracias por su esfuerzo.

Ojalá que para Rusia 2018 podamos seguir evolucionando en todo sentido. Será fundamental el rol de una nueva dirigencia post “reinado” de Julio Grondona. Necesitamos que al igual que sus colegas políticos, los nuevos dirigentes sean capaces de ver más allá de sus propios intereses.

El Mundial llegó a su fin. Felicitaciones a la Selección alemana, a sus hinchas y dirigentes. Ellos supieron cambiar las estructuras que los hacían fracasar y tuvieron la capacidad técnica y disciplina para implementar los cambios que eran necesarios. Son un ejemplo para crear un futuro mejor para el  futbol argentino y brasileño. Principalmente, fueron merecidos Campeones.

El Blog lo voy a continuar en Buenos Aires y aún tengo notas para completar y fotos y videos por subir. Sigan en contacto con el sitio !!!!!!

¡¡¡¡ Saludos y un fuerte abrazo a todos los que lo han leído !!!!!

La Final vista en la playa de Copacabana

Cuando pude ocupar un metro cuadrado propio de arena con cierta visibilidad, encontrándome bien lejos de la segunda pantalla que mostraba el partido, entre medio de hinchas, turistas y curiosos de diversos orígenes, recién ahí me pude concentrar en el partido que estaba por empezar.

El costo que pagamos los que no pudimos entrar a la Fifa Fan Fest, fue no poder mirar el partido con un relato, ya que no se había instalado un sistema de sonido. Habiendo sido precavido, saqué mi celular y sintonicé una radio brasileña de las muchas que estaban transmitiendo la Final, así que pude disfrutar el match con sonido. El resto del público miraba la pantalla, sin el acompañamiento de un relato. La atención, y la tensión era tal, que la gente no se distraía por carecer de sonido, y los cánticos de argentinos y brasileños eran espaciados. Por supuesto cuando un canto surgía de un lado, era contestado por el otro grupo de hinchas. A los pocos alemanes no se los oía gritar para alentar a su equipo.

En un momento hubo murmullos, gritos y brazos elevados al cielo, cuando un dron  ( un artefacto volador teledirigido que puede portar una cámara ) parecido a un gran insecto, sobrevolaba a escasa altura casi sobre nuestras cabezas, registrando en imágenes a la gran masa de público presente en la playa ,que saludaba con algarabía y sorpresa.

Durante el primer tiempo los argentinos tuvimos un par de emociones interesantes cuando Higuaín erró un gol fácil de hacer delante del arquero Neuer, y cuando le anularon el gol que convirtió.

Por breves instantes conocimos la emoción de gritar un gol argentino de visitantes en una Final de Copa del Mundo en medio de la hostil y disfrazada torcida brasileña, integrada por varones y mujeres jóvenes de clase media principalmente.

A los treinta minutos de juego sentí que habíamos cumplido unos de nuestros primeros objetivos, que era evitar que los alemanes nos avasallaran y nos convirtieran un gol que les abriera el partido como en el Mundial pasado. Por otro lado ya notaba que Argentina estaba jugando un partido mejor y más atractivo de lo que resultó el match contra Holanda por las Semifinales.

Más allá de algunos gritos y pocos cantos, durante casi todo el partido hubo calma y respeto entre los que mirábamos en encuentro en la playa. La mecha se encendió cundo Goetze hice su gran gol en el segundo suplementario. Los brasileños gritaron el gol como si hubiera sido de ellos, y por lo visto algún o algunos argentinos intolerantes deben haber respondido con alguna agresión, porque se vinieron hacia los que estábamos en el fondo, un grupo grande de personas como huyendo de una situación peligrosa. Ese fue el momento donde algunos brasileños dejaron de reír y festejar y empezaron a pensar en retirarse.

A los pocos minutos de terminar el partido que consagró Campeón a Alemania, acabó la transmisión y no pude observar la entrega de premios. En los primeros veinte minutos después del final, se vivió un clima difícil que obligaba a mantenerse alerta. Muy cerca mío hubo dos pequeñas grescas y trompadas, y algunos arrojaron latas, sillas playeras o botellas, hasta que algunos policías tomaron posición en la arena. La mayoría de las personas, gente pacífica, algunos con niños y jóvenes, se empezaron a retirar velozmente.

No fue el mejor final de partido que uno hubiera querido presenciar en ese lugar en donde habíamos pasado una tarde tan espléndida con 25 grados de temperatura, mucho sol, mar y una gran algarabía. No sólo porque empezamos a tomar consciencia de que el sueño de sentirnos Campeones en Brasil de la mano de la Selección Argentina había acabado definitivamente, sino porque resultaba hasta peligroso estar ahí entre la multitud en la arena.

Se podía ver fácilmente en la arena los desechos de las bebidas que se habían consumido, entre ellas muchísimas latas de cerveza. Antes del final del partido había estado al lado de un joven argentino que a duras penas se podía mantener parado por efectos del alcohol. Eso probablemente detonó cierta agresividad.

Triste, pero con la sensación de que Argentina había jugado un gran partido contra el mejor equipo del torneo, me empecé a resignar rápidamente por la derrota frente al gran equipo alemán, y la acepté sin demora.

Tuve la sensación de que habíamos estado muy cerca de lograr nuestro objetivo y nuestro sueño de ganar el título de Campeón si Higuaín, Messi o Palacio hubieran tenido la capacidad y/o la suerte de convertir alguna de las claras posibilidades que tuvieron. Nuestros jugadores habían contenido bastante bien la ofensiva alemana, y generaron esas claras posibilidades de gol.

Entre los méritos alemanes, que son muchos, para mí el más importante que tuvieron en la Final, fue la capacidad de convertir una de las pocas situaciones claras que tuvieron, y nosotros no lo hicimos. Esa fue la mínima diferencia durante el partido. En el torneo, Alemania había sido un poco mejor que nosotros, en mi opinión. Argentina jugó bravamente en su qunta Final, con mucho honor y logró un merecido lugar de Finalista y segunda posición en la Copa.

Apesadumbrado pero íntegro, y orgulloso de lo hecho por nuestros jugadores, me dispuse a vivir y disfrutar de la última parte de la maravillosa experiencia del día de ayer. Lamentablemente la fiesta no había sido completa, pero todavía continuaba.

La Previa de Argentina vs Alemania

Esta nota la escribo la mañana de “el día después” de la gran Final. Intenta reconstruir la “previa” al partido que definió a Alemania como el nuevo Campeón.

Domingo 13 de Julio de 2014. Niteroi, en la Bahía de Guanabara,  del otro lado de Rio de Janeiro.  Al mediodía continuaba el tiempo maravilloso en la zona donde se iba a jugar la Final del Mundial.

La nota que titulé “Confiando en las propias fuerzas” me llevó más tiempo de lo que hubiera querido, pero quedé muy conforme cuando la terminé. Expresaba mis opiniones, sueños y deseos para el partido final. No la pude mandar enseguida porque ya no tenía internet. Por la hora avanzada del mediodía, me di cuenta que no me iba a dar el tiempo para ir al Maracaná para hacer parte de la previa ahí.

Crucé a la avenida costanera junto a la playa de Icaraí, que mira de frente al Pan de Azúcar y al Corcovado con el Cristo Redentor. Saqué unas fotos y esperé unos quince minutos a mi primo Mario, porque nos desencontramos. Yo ya tenía puesta la camiseta de Argentina, y en ese cuarto de hora ninguno de los muchos brasileños que pasaron al lado mío, me hicieron al menos un gesto de buena voluntad. Creo que lo menos que sentían era incomodidad de ver un argentino que estaba ilusionado por ver a su equipo en la Final de la Copa, y ellos no podrían.

Me subí a un ómnibus que cruzó la bahía sobre el puente de 14 kms. que une Niteroi con Rio, y percibí ahí la misma actitud. Saqué algunas fotos, incluso cuando el bus pasó por el Sambódromo y se podía apreciar una gran cantidad de autos argentinos estacionados ahí. Los hinchas ya habían partido de uno de sus puntos de albergue comunitario principal en la “invasión” de argentinos en Rio.

Ya a esa altura podía comprobar el estado anímico del brasileño de Rio. No pensaba alentar a la Argentina, y ni siquiera le mostraba simpatía. Solo cuando me estaba por bajar e hice una pregunta a unos pasajeros , lo que me habilitó a charlar un poco con ellos, encontré una cierta mejor recepción.

Ahí conocí a una joven pareja que también se encaminaba a la Fan Fest de Copacabana. Bajamos juntos charlando animadamente, y fue muy agradable hacerlo. Nos sacamos una foto a la salida del Metro, a unas cuatro cuadras de la playa, ya en medio de una marea de argentinos e hinchas brasileños, que se provocaban entonaban cánticos de “guerra” en los pasillos antes de salir a la rua.

A eso de las 14 hs. la multitud ya era notoria y mostraba gran algarabía en las calles que llevaban a la playa o eran paralelas a la misma. Ya se podían ver muchísimos brasileños con la camiseta de Alemania, o al menos tenían una bandera o su rostro pintado con los colores de la bandera alemana. Si no fuera porque uno dudaba por el aspecto de las cara, uno hubiera creído que había muchísimos alemanes en Copacabana.

Había muchísimos neutrales o nativos de países no comprometidos con la Final o con el país anfitrión,  que tomaban partido por una u otra selección. Yo saqué una foto a una mujer que estaba disfrazada de Argentina, y era de Centroamérica si no recuerdo mal. Un poco después saqué otra foto a una argentina que estaba acompañada por una española, y que también había hecho lo mismo.

Al desembocar en la famosa Avenida Atlántica paralela a la playa de Copacabana, el panorama era espectacular. Masas multicolores se desplazaban por la calle o por la vereda charlando, riendo, sacándose fotos, cargándose, etc… como en procesiones desordenadas. Por un lado un grupo de argentinos desafiaba a los brasileños con el “Brasil decime que se siente”, que era respondido casi enseguida con el “Mil gols, mil gols, só Pelé…”

Un compatriota tocaba el bandoneón en la vereda mientras una pareja bailaba tango, tratando de ganarse unos reales o dólares. Les saqué unas fotos y los invité a comentar algo en el Blog. Había un puesto donde te podían pintar la cara y el pago era a voluntad. Yo quería pintarme, pero había cola para hacerlo.

La playa estaba llena de gente y a esa altura de los acontecimientos yo ya sabía desde hacía rato que casi con total seguridad no iba a entrar al recinto de la Fan Fest. Lo comprobé enseguida cuando leí un cartel indicando que ya estaba lleno. No tuve tiempo de lamentarlo porque vi que había otra pantalla un poco más atrás, por lo tanto seguí disfrutando de atravesar la marea humana que portaba camisetas, gorrros, banderas y locales o turistas en traje de baño tomando sol, bañándose en el mar o incluso haciendo jueguito evitando hacer caer la pelota.

Saqué muchas fotos mientras charlaba con algunas personas de las que posaron para mí o junto conmigo. Los argentinos eran provenientes de distintas partes del paía, e incluso charlé con un grupo de unas siete personas que se habían ido a vivir y trabajar a Buzios hace unos cuatro años. Me crucé con gente de Córdoba, de Santa Fé, de Corrientes, de Misiones, de la provincia de Buenos Aires, de la Capital, etc.. Todos muy ilusionados y entretenidos de estar ahí en la playa más conocida de Rio de Janiero, en la previa de la gran Final. Pese a la gran dificultad que presentaba la empresa de ganar la Copa, se los veía como me sentía yo, contentos, alegres, orgullosos y con muchísimas ganas de sentirse campeones. En el fondo teníamos ganas de llegar a festejar por nosotros, por nuestra gente, y también con el secreto deseo de mostrar nuestra alegría y orgullo a los brasileños, con los cuales veníamos teniendo una rivalidad que nos mantenía alejados.

Esa tarde, en ese lugar, se pudo comprobar con total claridad que los brasileños estaban en su inmensa mayoría en contra nuestra, más que a favor de Alemania, que les había propinado la mayor deshonra de su gloriosa historia futbolística. Sin embargo, increíblemente, ellos fueron capaces de comprar y ponerse camisetas alemanas. Un diario brasileño había titulado que alentar a los germanos sería “colonizaje”. Por lo visto no fueron muchos los que le prestaron atención a la nota.

Encontré bastante pocos alemanes “de verdad” entre tanta gente, y me costó identificarlos entre tantos germanos “truchos”. Tuve que preguntar si eran brasileños o alemanes, y muchos veces fueron locales, a los cuales también les saqué fotos.

Luego de divertirme mucho y gozar de una fabulosa previa playera de la Final entre Argentina y Alemania en Rio de Janeiro, alma y corazón de Brasil, me dirigí a la Avenida Copacabana en busca de un local de internet para enviar la nota que había escrito a la mañana. Conseguí un local y subí la nota al Blog, tan solo a tiempo para ocupar un lugar en la playa ya al filo del pitazo inicial de la gran Final. No había tenido tiempo de ponerme nervioso siquiera.

Con la satisfacción de haber vivido lo que quería vivir en el “lugar de los hechos” en la “previa” a la Final, me dispuse a concentrarme en el partido.

Una mañana inolvidable

Fue una experiencia única, que recordaré por mucho tiempo cuando deje mi ropa de “periodista” amateur y vuelva a mi vida normal y rutinaria.

La mañana del Viernes 11 de Mayo será inolvidable para mí por tres motivos, que pasaré a contar con cierto lujo de detalle, en tres notas diferentes.

Yendo hacia Rio de Janeiro desde Niteroi donde me estoy alojando en el departamento de mi primo Mario León, me disponía a ir hacia su oficina en la zona de Lapa cuando me bajara del ómnibus. Mario es mi “corresponsal” en el área de Rio de Janeiro, donde ya lleva 45 años viviendo por ahí.

Yo ya tenía pensado ir a visitar la Catedral de San Sebastián para conocer personalmente uno de los lugares donde el Papa Francisco ofició Misa en su viaje a Brasil con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud hace justo un año.

Mi hija Clara estuvo en ese mutitudinario encuentro juvenil, y tuvo su encuentro cercano con Jorge Bergoglio, el Papa argentino, justamente afuera de la Catedral cuando pasó muy cerca de ella a la salida de la Misa para los peregrinos argentinos. Clara y su grupo del colegio no habían podido ingresar porque el templo estaba colmado.

La Catedral queda muy cerca de donde tenía que ir, y sobre la marcha cambié mi decisión: en vez de pasar primero por la oficina y en algún momento del día pasar por la Catedral, preferí pasar primero por la moderna construcción que ya conocía por fuera de viajes anteriores.

Gracias a ese cambio de planes, pude tener el regalo de tener dos encuentros extraordinarios, que pasaré a contar en las notas siguientes. Uno sucedió antes y otro después de entrar a la Catedral, el sagrado lugar que fue el tercer motivo de recuerdo de esta mañana nublada en Rio de Janeiro.

Lunes 7 de Julio 2014.
En la localidad de Aparecida, a unos 200 kms. de San Pablo, al costado de la ruta que lleva a Rio de Janeiro.
Estuve visitando el Santuario de Nossa Senhora Aparecida, lugar de peregrinación de los brasilenhos, donde el Papa Francisco estuvo de visita el anho pasado, con motivo de las Jornadas Mundiales de Jóvenes.