Archivo de la categoría: Selección Alemana

Notas referidas a la Selección de Alemania

Fiesta Inaugural de la Copa del Mundo de Futbol Argentina 1978

Imagen del inicio formal de la Copa del Mundo al comenzar el partido inaugural de la Copa jugado entre Alemania Federal y Polonia que terminó 0 a 0 y que fuera dirigido por el árbitro argentino Ángel Norberto Coerezza, jugado a continuación de la Fiesta Inaugural en el estadio de River Plate.
La imagen fue tomada de la revista El Gráfico Nro. 3061 del 6 de Junio de 1978

Argentina Campeón Mundial 1986 – Disfrutalo en las páginas de El Gráfico

Mundial Mexico 1986 – La previa de la Final por ATC para recordar

Argentina Campeón Mundial 1986 – Las Formaciones de los equipos en la Final

Mundial Mexico 1986 – El Entretiempo de la Final en ATC

Argentina Campeón Mundial 1986 – Reviví el 1er. Gol Argentino en la Final

Argentina Campeón Mundial 1986 – Reviví el 2do. Gol Argentino en la Final

Argentina Campeón Mundial 1986 – Reviví el 3er. Gol Argentino en la Final

Argentina Campeón Mundial 1986 -Emotivo festejo en la cancha

Argentina Campeón Mundial 1986 – Clip del Festejo

Alemania 7 vs Brasil 1, los goles

El Martes 8 de Julio de 2014 quedará en el recuerdo de los Mundiales de Futbol.
Esa tarde se produjo un resultado histórico irrepetible: Alemania le ganó 7 a 1 a Brasil en la semifinal de la Copa organizada por los mismos brasileños. Un resultado impensado entre las dos potencias máximas históricas del futbol mundial.

Acá están los goles de esa noche maravillosa para los alemanes y humillante para los brasileños.
Para los neutrales, fueron treinta minutos únicos en la historia del futbol. Para ver y ver una y otra vez a medida que los años le vayan dando una vivencia distinta. Partido irrepetible. Sensacional !!!!!

Alemania 7 vs Brasil 1, en un depto. brasileño

Martes 8 de Julio 2014. Tarde histórica para el futbol mundial. Alemania humilló a Brasil en una Semifinal de Copa del Mundo en su propio país, y lo dejó fuera de la Final.

El histórico partido lo vi en San Pablo, en el departamento de Ney y su mujer, amigos de mi primo Eduardo y su mujer brasileña Denise. Estuvo con nosotros mi sobrino Gustavo.

Luego de la sorpresa y el estupor por la seguidilla de goles alemanes, al rato ellos estaban recibiendo sms y textos en Facebook de sus amigos, haciendo chistes sobre lo que estaba pasando.

Debo felicitar a Ney y a su mujer, nuestros anfitriones, porque se portaron como un duque y una duquesa. Habían preparado una mesa llena de cosas ricas para agasajarnos, y nunca perdieron la alegría y la buena onda pese a lo desastroso del resultado para Brasil, que significaba el fin del sueño de lograr la 6ta. Copa del Mundo ( el Hexa ) en su propio país. Lo mismo puedo decir de Denise, torcedora brasileña de pura cepa.

Pienso como lo hubiera vivido yo u otro argentino un resultado similar, y no dejo de sacarme el sombrero por todos ellos.

Un merecido Campeón

De los cuatro Semifinalistas que se enfrentaron entre el Martes 8 y el Miércoles 9 de Julio, tres merecían haber estado en la Final del Domingo en el Maracaná.

Sólo Brasil dejó en claro que no merecía participar de ese gran acontecimiento futbolístico. Había empezado el Mundial como favorita, pero no fue consistente durante el torneo  para mantener esa expectativa, y la derrota 7 a 1 frente a Alemania la excluyó definitivamente del sitial de merecido finalista.

Alemania era el otro favorito de todos para la llave superior del cuadro. Pocos dudaban de que era casi inevitable un posible enfrentamiento con Brasil en Semifinales, pero muchos dudaban de quién atravesaría esa fase decisiva.

En la llave inferior había muchos interrogantes al inicio del torneo, que se fueron despejando al definirse los clasificados a Octavos. Holanda y Argentina aparecían como candidatos bastante claros para enfrentarse en la otra Semifinal.

Cualquiera de estas dos Selecciones con grandes antecedentes históricos pudo haber sido el rival en la Final del aplicado y por momentos espectacular equipo germano. Lo que nadie dudaba era que Alemania merecía estar en el partido definitorio, y que ya había hechos méritos suficientes para ser el nuevo monarca del futbol mundial.

En los seis partidos previos a la Final, el conjunto germano había mostrado solidez, sentido de equipo, individualidades, gran manejo y un uso sabio del balón, capacidad goleadora, impiedad ante rivales heridos, y mucha paciencia para superar los efectivos obstáculos defensivos que le plantearon los equipos que lo enfrentaron con mucho respeto por sus potencialidades.

Los rivales que pagaron muy cara su flaqueza defensiva, fueron justamente dos rivales poderosos, que no se cuidaron bien y no supieron neutralizar el poderío ofensivo alemán. Portugal y Brasil no se olvidarán fácilmente de las goleadas que les propinó Alemania en este Mundial 2014.

Los demás equipos, desde los humildes como Ghana, EEUU y Argelia, así como una potencia como Francia en Octavos, supieron ofrecer barreras importantes al poderío alemán, pero eso sólo no les alcanzó para derrotar a Alemania.

Los equipos africanos tuvieron el gran mérito de empatarle sus partidos, y Argelia lo llevó al alargue, pero los germanos fueron consecuentes con su idea futbolística de posesión de la pelota, triangulación, búsqueda de los espacios vacíos y terquedad para buscar el arco contrario hasta llegar al gol. De esa manera se sacó de encima a los equipos incómodos.

Alemania llegó al Mundial como una de las dos selecciones favoritas incuestionables. Todos las demás candidatas planteaban interrogantes previos. Las individualidades germanas eran muchísimas, ya tenían una gran experiencia de selección, incluso mundialista, y parecían estar en una óptima edad y forma física para enfrentar el desafío de ganar la Copa del Mundo.

Jugadores como Neuer, Lahm, Boateng, Özil, Khedira, Schweinsteiger, Kross, Müller y Klose ya habían probado ser grandes estrellas en sus equipos y en la selección. Para mí y para muchos analistas profesionales y amateurs era indudablemente el mejor plantel del torneo.

Lo mismo opinaba el periodista alemán Sven Tröster, con quién mantuve una interesantísima charla de unos treinta minutos dos días antes de la Final, que será uno de mis mejores recuerdos de esta copa.

Sven me comentó que para él ésta es una cosecha inolvidable de grandes jugadores germanos, posiblemente la mejor de la historia, y me recordó que incluso faltó Reus en este plantel, un gran delantero que se lesionó pocos días antes del Mundial, y que él consideraba un jugadorazo.

Con ese gran trabajo de equipo y magníficas individualidades, Alemania fue avanzando en el torneo y se preparó con seriedad para jugar la gran Final, que la tenía como favorita de todos.

Diplomáticamente, Sven me dijo que teníamos 50 y 50% de chances para la Final, y yo le comenté que para mí era 60 y 40% a favor de los alemanes. A Alemania sólo le quedaba dar un último paso para consagrarse y darle la razón a la inmensa mayoría que opinaba que Alemania sería el futuro Campeón.

No fue fácil dar ese paso definitivo, el consagratorio. Se encontró con un durísimo rival, que la hizo transpirar hasta el último minuto del tiempo suplementario. Entre los dos equipos supieron brindar un maravilloso espectáculo futbolístico, que fue visto por cientos de millones de personas en todo el mundo.

Argentina fue un dignísimo rival en la Final, y tuvo tres chances claras de dejar a Alemania sin su merecido premio. La impericia en esas circunstancias decisivas de tres delanteros de gran categoría, evitó un triunfo sudamericano en la Final, como los Mundiales en América nos tenían acostumbrados hasta ahora.

Argentina le planteó el partido definitorio a Alemania en forma similar a los que le habían complicado la vida al conjunto alemán, pero con mejores individualidades, que podían hacer peligrar la estructura defensiva germana.

Si Argentina hubiera ganado la Final, el mundo recordaría el gran poderío alemán, pero hubiera dicho que una individualidad como Messi se había impuesto y el que marca los goles es el que logra su objetivo final.

La impericia argentina, y la virtud de Götze de concretar la única oportunidad que tuvo para hacer un gol, hicieron justicia con los merecimientos acumulados durante el torneo, pero no necesariamente con lo sucedido en la Final.

Los argentinos lamentaremos por años los tres goles perdidos en el histórico Maracaná el 13 de Julio 2014, con el consuelo y orgullo de saber que estuvimos muy cerca de ser Campeones del Mundo por tercera vez.

Alemania pudo poner un broche de oro a una tarea de reestructuración que venía realizando desde el año 2000 en adelante. Catorce años después todavía no había conseguido los frutos buscados. Tuvo que conformarse con no ser campeón en su propia tierra en el 2006, y quedarse con las manos vacías también en Sudáfrica 2010.

Pero la tenacidad, confianza, organización y capacidad alemana la llevaron a cumplir su sueño y su proyecto planificado de volver al máximo nivel. Su concreción de la mano de jugadores talentosos, que son poderosos físicamente, sacrificados y disciplinados por el bien del equipo, le ha posibilitado a Alemania obtener el premio de situarse nuevamente entre los tres máximos equipos de la historia del futbol, ahora lejos de los equipos como Argentina y Uruguay que tienen dos Copas del Mundo en sus vitrinas.

Felicitaciones al gran equipo alemán, el mejor del mundial, y posiblemente futuro gran candidato para la Copa del Mundo próxima que se jugará en el año 2018.

Auf Wiedersehen Alemania, nos vemos en el próximo Mundial !!!!!!!

Nota con Periodista Alemán antes de la Final

Video del periodista alemán Sven Tröster entrevistado por mí el Viernes 11 de Julio 2014 frente a la Catedral de San Sebastián en Rio de Janeiro, dos días antes de la Final de la Copa del Mundo Brasil 2014 entre Alemania y Argentina

El Post – Match de la Final Argentina vs Alemania

Con un estado anímico bueno, mi primera reacción recién terminado el match, fue darles unas palabras de aliento a algunos compatriotas que se cruzaron conmigo en la arena mientras intentaban retirarse. Algunos pocos lloraban, y la mayoría tenía un muy mal semblante, mientras trataban de empezar a digerir la derrota.

Cuando salí de la arena de Copacabana y empecé a caminar por la Avenida costera, el clima ya se había empezado a tranquilizar, y no se percibía peligro. De a poco empezó a volver la calma, y los que nos bancamos a los brasileños que estaban felices y que en algunos casos nos cargaban, nos quedamos a disfrutar del final del día, del torneo y seguramente de nuestros viajes. La luna estaba llena sobre el mar, mientras se oía de fondo la música del show en vivo que se estaba desarrollando en la Fan Fest, a un costado de donde estábamos.

Se podía ver de costado la pantalla gigante que mostraba el show y los grandes altoparlantes nos hacían llegar la música tocada por una banda brasileña, que era muy celebrada por los hinchas locales, que cantaban y bailaban siguiendo el ritmo.

Algunos argentinos intentaron olvidar pronto las penas y se acercaron a hablar y bailar con algunas chicas brasileñas, a costa de recibir algunas cargadas de los hombres y en muchos casos de las mismas chicas, que estaban totalmente compenetradas con el libreto de “gastar” a los argentinos.

En mi camino por la Avenida volví a sacar fotos, pero principalmente tuve la oportunidad de hablar en vivo para dos medios. Primero hablé con una joven periodista brasileña llamada Lucía, para el sitio web Uol.com.br y después para un canal de Guatemala llamado Azteca Guate. Voy a buscar las notas en sus páginas web.

También charlé fuera de cámara con un periodista argentino que vive en California y estaba haciendo notas que enviaba hacia Estados Unidos. Presencié una nota de un canal alemán, mientras un hincha germano hablaba muy contento de la mano de una brasileña con la camiseta de Flamengo. Me metí en una cargada que nos estaba haciendo una chica brasileña frente a la cámara para ese mismo periodista alemán, mostrando mis siete dedos cerca de su cara mientras ella hablaba. No pude tener paciencia y contener mi bronca hacia su actitud.

Fue muy lindo para mí poder expresar lo que sentía frente al periodismo de otros países neutrales, y dejar bien parado el honor y el orgullo argentino por haber jugado un gran partido Final y una muy buena Copa. Cuando me preguntaron si estaba de acuerdo en que Messi haya sido elegido el mejor jugador del Mundial, sin dudarlo contesté que no. No me pareció que mereciera semejante premio.

Pedí a personas que miraban como hacían las notas en las que participé, que me sacaran fotos ,y les agradecí mucho que lo hicieran. Serán unos excelentes recuerdos, que valoraré aún mucho más en el futuro.

Mis últimas experiencias agradables de la noche de Copacabana fueron primero una charla con una médica brasileña mayor que yo, otra con una joven pareja y una señora mayor, y finalmente una charla que tuve con un joven francés que tenía puesta una camiseta alternativa blanca de Boca, y que había sido uno de los tres  protagonistas de un extraordinario viaje iniciado en Canadá que cruzó toda América para llegar a Rio, en un Citroen 3CV igual al 2CV que yo tuve hace muchísimos años.

El auto estaba allí, pintado entero como una pelota, y sobre su carrocería los hinchas de todo el mundo habían escrito lo que quisieron.  El viaje tiene su propia página web, que es www.acow.org y en facebook la ubicación es www.facebook.com / acupofworld ( a cup of world ).

Fueron dos canadienses y el francés los que concretaron semejante “locura” y charlé un poco con ellos y les saqué unas fotos. También me saqué fotos con las otras personas que mencioné recién.

Sintiéndome cumplido con el día, que había sido extraordinario e inolvidable, con la tristeza de no sentir en la piel la emoción de que saliéramos Campeones y con el orgullo argentino intacto, emprendí el largo regreso a Niteroi en ómnibus cerca de las 21:30 hs.

Mi primo Mario estaba en su casa, y charlamos de las emociones del día. Hoy será mi último día completo en Rio de Janeiro. Ya compré los diarios brasileños del día, de hoy que hablan de la jornada de ayer. Se desquitan de su propia impotencia y bronca tratando de “gastarnos”. Es lo único que les queda hacer, después de sufrir semejante humillación por parte de alemanes y holandeses, y luego de darse cuenta que su selección era inferior a las tres mejores del torneo.

Cuando volvía de comprar el diario, recién pude comprobar que a partir de hoy, que los brasileños ya quedaron un poco más en paz por nuestra derrota, vamos a poder retomar el diálogo que no tuvimos durante el desarrollo de la Copa.

Hablé casi veinte minutos muy amablemente con el portero y el empleado de seguridad del edificio, en un diálogo sin gastes, bravuconadas o chicanas. Lamento no poder permanecer un par de días más para poder charlar más con gente común. La rivalidad no lo permitió antes.

Me pasé toda la mañana volcando en textos las emociones vividas ayer, que fueron muchas. El fin del viaje ya está cerca.

Ahora estoy haciendo la primera evaluación en caliente de lo vivido aquí en Brasil durante un poco más de tres semanas en Salvador, San Pablo y Rio de Janeiro.

Estoy muy conforme con la experiencia personal y con el desempeño de nuestra Selección, que volvió al sitial de los grandes, haciendo honor a su historia futbolera. Señores jugadores, muchas gracias por su esfuerzo.

Ojalá que para Rusia 2018 podamos seguir evolucionando en todo sentido. Será fundamental el rol de una nueva dirigencia post “reinado” de Julio Grondona. Necesitamos que al igual que sus colegas políticos, los nuevos dirigentes sean capaces de ver más allá de sus propios intereses.

El Mundial llegó a su fin. Felicitaciones a la Selección alemana, a sus hinchas y dirigentes. Ellos supieron cambiar las estructuras que los hacían fracasar y tuvieron la capacidad técnica y disciplina para implementar los cambios que eran necesarios. Son un ejemplo para crear un futuro mejor para el  futbol argentino y brasileño. Principalmente, fueron merecidos Campeones.

El Blog lo voy a continuar en Buenos Aires y aún tengo notas para completar y fotos y videos por subir. Sigan en contacto con el sitio !!!!!!

¡¡¡¡ Saludos y un fuerte abrazo a todos los que lo han leído !!!!!

La Final vista en la playa de Copacabana

Cuando pude ocupar un metro cuadrado propio de arena con cierta visibilidad, encontrándome bien lejos de la segunda pantalla que mostraba el partido, entre medio de hinchas, turistas y curiosos de diversos orígenes, recién ahí me pude concentrar en el partido que estaba por empezar.

El costo que pagamos los que no pudimos entrar a la Fifa Fan Fest, fue no poder mirar el partido con un relato, ya que no se había instalado un sistema de sonido. Habiendo sido precavido, saqué mi celular y sintonicé una radio brasileña de las muchas que estaban transmitiendo la Final, así que pude disfrutar el match con sonido. El resto del público miraba la pantalla, sin el acompañamiento de un relato. La atención, y la tensión era tal, que la gente no se distraía por carecer de sonido, y los cánticos de argentinos y brasileños eran espaciados. Por supuesto cuando un canto surgía de un lado, era contestado por el otro grupo de hinchas. A los pocos alemanes no se los oía gritar para alentar a su equipo.

En un momento hubo murmullos, gritos y brazos elevados al cielo, cuando un dron  ( un artefacto volador teledirigido que puede portar una cámara ) parecido a un gran insecto, sobrevolaba a escasa altura casi sobre nuestras cabezas, registrando en imágenes a la gran masa de público presente en la playa ,que saludaba con algarabía y sorpresa.

Durante el primer tiempo los argentinos tuvimos un par de emociones interesantes cuando Higuaín erró un gol fácil de hacer delante del arquero Neuer, y cuando le anularon el gol que convirtió.

Por breves instantes conocimos la emoción de gritar un gol argentino de visitantes en una Final de Copa del Mundo en medio de la hostil y disfrazada torcida brasileña, integrada por varones y mujeres jóvenes de clase media principalmente.

A los treinta minutos de juego sentí que habíamos cumplido unos de nuestros primeros objetivos, que era evitar que los alemanes nos avasallaran y nos convirtieran un gol que les abriera el partido como en el Mundial pasado. Por otro lado ya notaba que Argentina estaba jugando un partido mejor y más atractivo de lo que resultó el match contra Holanda por las Semifinales.

Más allá de algunos gritos y pocos cantos, durante casi todo el partido hubo calma y respeto entre los que mirábamos en encuentro en la playa. La mecha se encendió cundo Goetze hice su gran gol en el segundo suplementario. Los brasileños gritaron el gol como si hubiera sido de ellos, y por lo visto algún o algunos argentinos intolerantes deben haber respondido con alguna agresión, porque se vinieron hacia los que estábamos en el fondo, un grupo grande de personas como huyendo de una situación peligrosa. Ese fue el momento donde algunos brasileños dejaron de reír y festejar y empezaron a pensar en retirarse.

A los pocos minutos de terminar el partido que consagró Campeón a Alemania, acabó la transmisión y no pude observar la entrega de premios. En los primeros veinte minutos después del final, se vivió un clima difícil que obligaba a mantenerse alerta. Muy cerca mío hubo dos pequeñas grescas y trompadas, y algunos arrojaron latas, sillas playeras o botellas, hasta que algunos policías tomaron posición en la arena. La mayoría de las personas, gente pacífica, algunos con niños y jóvenes, se empezaron a retirar velozmente.

No fue el mejor final de partido que uno hubiera querido presenciar en ese lugar en donde habíamos pasado una tarde tan espléndida con 25 grados de temperatura, mucho sol, mar y una gran algarabía. No sólo porque empezamos a tomar consciencia de que el sueño de sentirnos Campeones en Brasil de la mano de la Selección Argentina había acabado definitivamente, sino porque resultaba hasta peligroso estar ahí entre la multitud en la arena.

Se podía ver fácilmente en la arena los desechos de las bebidas que se habían consumido, entre ellas muchísimas latas de cerveza. Antes del final del partido había estado al lado de un joven argentino que a duras penas se podía mantener parado por efectos del alcohol. Eso probablemente detonó cierta agresividad.

Triste, pero con la sensación de que Argentina había jugado un gran partido contra el mejor equipo del torneo, me empecé a resignar rápidamente por la derrota frente al gran equipo alemán, y la acepté sin demora.

Tuve la sensación de que habíamos estado muy cerca de lograr nuestro objetivo y nuestro sueño de ganar el título de Campeón si Higuaín, Messi o Palacio hubieran tenido la capacidad y/o la suerte de convertir alguna de las claras posibilidades que tuvieron. Nuestros jugadores habían contenido bastante bien la ofensiva alemana, y generaron esas claras posibilidades de gol.

Entre los méritos alemanes, que son muchos, para mí el más importante que tuvieron en la Final, fue la capacidad de convertir una de las pocas situaciones claras que tuvieron, y nosotros no lo hicimos. Esa fue la mínima diferencia durante el partido. En el torneo, Alemania había sido un poco mejor que nosotros, en mi opinión. Argentina jugó bravamente en su qunta Final, con mucho honor y logró un merecido lugar de Finalista y segunda posición en la Copa.

Apesadumbrado pero íntegro, y orgulloso de lo hecho por nuestros jugadores, me dispuse a vivir y disfrutar de la última parte de la maravillosa experiencia del día de ayer. Lamentablemente la fiesta no había sido completa, pero todavía continuaba.

La Previa de Argentina vs Alemania

Esta nota la escribo la mañana de “el día después” de la gran Final. Intenta reconstruir la “previa” al partido que definió a Alemania como el nuevo Campeón.

Domingo 13 de Julio de 2014. Niteroi, en la Bahía de Guanabara,  del otro lado de Rio de Janeiro.  Al mediodía continuaba el tiempo maravilloso en la zona donde se iba a jugar la Final del Mundial.

La nota que titulé “Confiando en las propias fuerzas” me llevó más tiempo de lo que hubiera querido, pero quedé muy conforme cuando la terminé. Expresaba mis opiniones, sueños y deseos para el partido final. No la pude mandar enseguida porque ya no tenía internet. Por la hora avanzada del mediodía, me di cuenta que no me iba a dar el tiempo para ir al Maracaná para hacer parte de la previa ahí.

Crucé a la avenida costanera junto a la playa de Icaraí, que mira de frente al Pan de Azúcar y al Corcovado con el Cristo Redentor. Saqué unas fotos y esperé unos quince minutos a mi primo Mario, porque nos desencontramos. Yo ya tenía puesta la camiseta de Argentina, y en ese cuarto de hora ninguno de los muchos brasileños que pasaron al lado mío, me hicieron al menos un gesto de buena voluntad. Creo que lo menos que sentían era incomodidad de ver un argentino que estaba ilusionado por ver a su equipo en la Final de la Copa, y ellos no podrían.

Me subí a un ómnibus que cruzó la bahía sobre el puente de 14 kms. que une Niteroi con Rio, y percibí ahí la misma actitud. Saqué algunas fotos, incluso cuando el bus pasó por el Sambódromo y se podía apreciar una gran cantidad de autos argentinos estacionados ahí. Los hinchas ya habían partido de uno de sus puntos de albergue comunitario principal en la “invasión” de argentinos en Rio.

Ya a esa altura podía comprobar el estado anímico del brasileño de Rio. No pensaba alentar a la Argentina, y ni siquiera le mostraba simpatía. Solo cuando me estaba por bajar e hice una pregunta a unos pasajeros , lo que me habilitó a charlar un poco con ellos, encontré una cierta mejor recepción.

Ahí conocí a una joven pareja que también se encaminaba a la Fan Fest de Copacabana. Bajamos juntos charlando animadamente, y fue muy agradable hacerlo. Nos sacamos una foto a la salida del Metro, a unas cuatro cuadras de la playa, ya en medio de una marea de argentinos e hinchas brasileños, que se provocaban entonaban cánticos de “guerra” en los pasillos antes de salir a la rua.

A eso de las 14 hs. la multitud ya era notoria y mostraba gran algarabía en las calles que llevaban a la playa o eran paralelas a la misma. Ya se podían ver muchísimos brasileños con la camiseta de Alemania, o al menos tenían una bandera o su rostro pintado con los colores de la bandera alemana. Si no fuera porque uno dudaba por el aspecto de las cara, uno hubiera creído que había muchísimos alemanes en Copacabana.

Había muchísimos neutrales o nativos de países no comprometidos con la Final o con el país anfitrión,  que tomaban partido por una u otra selección. Yo saqué una foto a una mujer que estaba disfrazada de Argentina, y era de Centroamérica si no recuerdo mal. Un poco después saqué otra foto a una argentina que estaba acompañada por una española, y que también había hecho lo mismo.

Al desembocar en la famosa Avenida Atlántica paralela a la playa de Copacabana, el panorama era espectacular. Masas multicolores se desplazaban por la calle o por la vereda charlando, riendo, sacándose fotos, cargándose, etc… como en procesiones desordenadas. Por un lado un grupo de argentinos desafiaba a los brasileños con el “Brasil decime que se siente”, que era respondido casi enseguida con el “Mil gols, mil gols, só Pelé…”

Un compatriota tocaba el bandoneón en la vereda mientras una pareja bailaba tango, tratando de ganarse unos reales o dólares. Les saqué unas fotos y los invité a comentar algo en el Blog. Había un puesto donde te podían pintar la cara y el pago era a voluntad. Yo quería pintarme, pero había cola para hacerlo.

La playa estaba llena de gente y a esa altura de los acontecimientos yo ya sabía desde hacía rato que casi con total seguridad no iba a entrar al recinto de la Fan Fest. Lo comprobé enseguida cuando leí un cartel indicando que ya estaba lleno. No tuve tiempo de lamentarlo porque vi que había otra pantalla un poco más atrás, por lo tanto seguí disfrutando de atravesar la marea humana que portaba camisetas, gorrros, banderas y locales o turistas en traje de baño tomando sol, bañándose en el mar o incluso haciendo jueguito evitando hacer caer la pelota.

Saqué muchas fotos mientras charlaba con algunas personas de las que posaron para mí o junto conmigo. Los argentinos eran provenientes de distintas partes del paía, e incluso charlé con un grupo de unas siete personas que se habían ido a vivir y trabajar a Buzios hace unos cuatro años. Me crucé con gente de Córdoba, de Santa Fé, de Corrientes, de Misiones, de la provincia de Buenos Aires, de la Capital, etc.. Todos muy ilusionados y entretenidos de estar ahí en la playa más conocida de Rio de Janiero, en la previa de la gran Final. Pese a la gran dificultad que presentaba la empresa de ganar la Copa, se los veía como me sentía yo, contentos, alegres, orgullosos y con muchísimas ganas de sentirse campeones. En el fondo teníamos ganas de llegar a festejar por nosotros, por nuestra gente, y también con el secreto deseo de mostrar nuestra alegría y orgullo a los brasileños, con los cuales veníamos teniendo una rivalidad que nos mantenía alejados.

Esa tarde, en ese lugar, se pudo comprobar con total claridad que los brasileños estaban en su inmensa mayoría en contra nuestra, más que a favor de Alemania, que les había propinado la mayor deshonra de su gloriosa historia futbolística. Sin embargo, increíblemente, ellos fueron capaces de comprar y ponerse camisetas alemanas. Un diario brasileño había titulado que alentar a los germanos sería “colonizaje”. Por lo visto no fueron muchos los que le prestaron atención a la nota.

Encontré bastante pocos alemanes “de verdad” entre tanta gente, y me costó identificarlos entre tantos germanos “truchos”. Tuve que preguntar si eran brasileños o alemanes, y muchos veces fueron locales, a los cuales también les saqué fotos.

Luego de divertirme mucho y gozar de una fabulosa previa playera de la Final entre Argentina y Alemania en Rio de Janeiro, alma y corazón de Brasil, me dirigí a la Avenida Copacabana en busca de un local de internet para enviar la nota que había escrito a la mañana. Conseguí un local y subí la nota al Blog, tan solo a tiempo para ocupar un lugar en la playa ya al filo del pitazo inicial de la gran Final. No había tenido tiempo de ponerme nervioso siquiera.

Con la satisfacción de haber vivido lo que quería vivir en el “lugar de los hechos” en la “previa” a la Final, me dispuse a concentrarme en el partido.

Ya llega la hora

Faltan 6 minutos para empezar el partido, y todavía estoy en un locutorio en la Avenida Copacabana, a unas tres cuadras de la playa y de la fiesta increíble que es Copacabana. Vine a mandar la nota previa, antes de que quedara desactualizada.

Me demoré en terminar de escribirla y no pude ir al Maracaná para la previa ahí. Me vine directamente a Copacabana. La fiesta está acá. Además de la pantalla del área de la Fan Fest, hay otra pantalla que también tiene muchísimo público.

Está lleno de argentinos y de turistas de distintas partes del mundo. Ya saqué un montón de fotos  que las voy a subir después, cuando tenga tiempo. Espero tener la oportunidad de festejar hasta tarde. Pase lo que pase en el partido que empezará en dos minutos, estar acá en Copacabana ya es impagable para mí, y calculo que también lo es para miles de argentinos que están en Brasil como yo.

Vamos Argentina !!!!!!!

La previa de la previa

Domingo 13 de Julio de 2014. Mañana de Domingo con un tiempo espléndido y temperatura primaveral para nosotros, comparado con nuestro frío invierno.

En la tranquilidad de la ciudad de Niteroi, separada de Rio de Janeiro por la Bahía de Guanabara, recién volvimos con mi primo Mario de hacer algunas compras. Estamos por desayunar y me pongo a escribir sin demasiada ansiedad por el momento, menos de lo que hubiera pensado.

A eso de las 11 hs. pienso salir rumbo al Maracaná para llegar al mediodía a “el lugar” en el mundo para estar el día de hoy, como lo harán 11 jefes de estado y aprox. 75.000 espectadores. Lamentamente no seré uno de los miles de hinchas argentinos que estarán presentes dentro del estadio, pero no me importa mucho.

Estaré en los alrededores del estadio, disfrutando la “previa” de la mayor fiesta futbolera del mundo, una Final de una Copa del Mundo, que decidirá una vez más quién será el mejor equipo del mundo por cuatro años al menos.

Nuestra Selección estará jugando en el Maracaná esta tarde para intentar lograr ese atractivo y muy deseado objetivo, en tan solo unas pocas horas más. Iremos un busca de nuestro propio “Maracanazo”.

Luego de sacar fotos y tratar de absorber parte de la energía “argentina” que traerán nuestros fanáticos al mítico y legendario estadio, hoy renovado para la ocasión, tomaré velozmente el Metro que me llevará a la zona de Copacabana. Ahí espero ingresar a la Fifa Fan Fest, como lo hice ayer para ser testigo de una nueva frustración brasileña, la que confirmó que el “time” no tenía equipo para estar más allá de un cuarto puesto.

Ayer hubo muchos argentinos en medio de pocos brasileños con camisetas amarillas y que no eran una gran cantidad de fanáticos torcedores en total. Muchos de los presentes ayer eran mujeres que querían disfrutar del show posterior al partido. Los decepcionados torcedores se retiraron antes y después de la dura derrota. Pocos se quedaron para cantar, bailar y sacarse la mufa.

Supongo que esta tarde irán varios miles de hinchas como yo que tratarán de entrar a la Fan Fest, y seguramente sólo nosotros ya llenaremos el área cerrada de la Fan Fest y colmaremos la Avenida Atlántica. Muchos quedarán afuera del recinto, así que intentaré llegar en un horario que me lo permita lograr.

El momento cumbre para los hinchas argentinos está a punto de llegar. El Mundial está llegando a su climax, y nuestro equipo es uno de los dos protagonistas de la instancia que definirá al nuevo rey del futbol por los próximos cuatro años.

Ya se ha cumplido el primer objetivo del sueño de todos antes del Mundial: Argentina volverá a jugar en el Maracaná una Final después de 24 años, la quinta de su rica historia sobre un total de 20 torneos mundiales.

No será contra Brasil, la Final soñada por muchos como yo, pero puede que haya sido mejor, para preservar un poco las buenas relaciones entre vecinos y no correr riesgos de hechos violentos que después hubiéramos tenido que lamentar.

Nos estamos preparando para intentar que se cumpla el sueño completo: que Argentina sea Campeón de Mundo por tercera vez en sus 16 presentaciones en mundiales. Intentará concretarlo  frente a Alemania, su rival de las dos últimas Finales que jugó, en 1986 y 1990. La tercera será la vencida para uno de estos dos grandes equipos mundialistas.

Aproximadamente cien mil argentinos estaremos hoy en Rio de Janeiro intentando ser testigos de un momento histórico para nuestro futbol, y partícipes de una fiesta inolvidable en las praias y ruas de Copacabana después del partido. Ojalá que Messi y sus compañeros froten hoy la lámpara y surja el espíritu combativo del equipo sumado a la capacidad ofensiva, para ganar el partido sin llegar a patear penales. No quisiera sufrir la decisión por “penalties”, por el riesgo de perder de esa manera nuevamente con los alemanes, y porque quisiera que seamos capaces de demostrar que somos mejores que ellos y que los holandeses.

Si no fuera posible evitar ganar por penales, igual estaría muy feliz por ganar y festejaría a full como todos los demás acá en Rio, en la Argentina y en todas partes del mundo donde viven nuestros compatriotas fuera del país.

El partido de hoy será muy difícil, pero tenemos nuestras chances. La próxima nota hablará sobre mis expectativas para hoy.

Por el momento, en la previa de la previa, solo tengo optimismo y muchas ganas de cantar: ¡¡¡¡ Vamos vamos Argentina, que tenemos que ganar, que esta barra quilombera, no te deja, no te deja de alentar !!!!!!!