Un merecido Campeón

De los cuatro Semifinalistas que se enfrentaron entre el Martes 8 y el Miércoles 9 de Julio, tres merecían haber estado en la Final del Domingo en el Maracaná.

Sólo Brasil dejó en claro que no merecía participar de ese gran acontecimiento futbolístico. Había empezado el Mundial como favorita, pero no fue consistente durante el torneo  para mantener esa expectativa, y la derrota 7 a 1 frente a Alemania la excluyó definitivamente del sitial de merecido finalista.

Alemania era el otro favorito de todos para la llave superior del cuadro. Pocos dudaban de que era casi inevitable un posible enfrentamiento con Brasil en Semifinales, pero muchos dudaban de quién atravesaría esa fase decisiva.

En la llave inferior había muchos interrogantes al inicio del torneo, que se fueron despejando al definirse los clasificados a Octavos. Holanda y Argentina aparecían como candidatos bastante claros para enfrentarse en la otra Semifinal.

Cualquiera de estas dos Selecciones con grandes antecedentes históricos pudo haber sido el rival en la Final del aplicado y por momentos espectacular equipo germano. Lo que nadie dudaba era que Alemania merecía estar en el partido definitorio, y que ya había hechos méritos suficientes para ser el nuevo monarca del futbol mundial.

En los seis partidos previos a la Final, el conjunto germano había mostrado solidez, sentido de equipo, individualidades, gran manejo y un uso sabio del balón, capacidad goleadora, impiedad ante rivales heridos, y mucha paciencia para superar los efectivos obstáculos defensivos que le plantearon los equipos que lo enfrentaron con mucho respeto por sus potencialidades.

Los rivales que pagaron muy cara su flaqueza defensiva, fueron justamente dos rivales poderosos, que no se cuidaron bien y no supieron neutralizar el poderío ofensivo alemán. Portugal y Brasil no se olvidarán fácilmente de las goleadas que les propinó Alemania en este Mundial 2014.

Los demás equipos, desde los humildes como Ghana, EEUU y Argelia, así como una potencia como Francia en Octavos, supieron ofrecer barreras importantes al poderío alemán, pero eso sólo no les alcanzó para derrotar a Alemania.

Los equipos africanos tuvieron el gran mérito de empatarle sus partidos, y Argelia lo llevó al alargue, pero los germanos fueron consecuentes con su idea futbolística de posesión de la pelota, triangulación, búsqueda de los espacios vacíos y terquedad para buscar el arco contrario hasta llegar al gol. De esa manera se sacó de encima a los equipos incómodos.

Alemania llegó al Mundial como una de las dos selecciones favoritas incuestionables. Todos las demás candidatas planteaban interrogantes previos. Las individualidades germanas eran muchísimas, ya tenían una gran experiencia de selección, incluso mundialista, y parecían estar en una óptima edad y forma física para enfrentar el desafío de ganar la Copa del Mundo.

Jugadores como Neuer, Lahm, Boateng, Özil, Khedira, Schweinsteiger, Kross, Müller y Klose ya habían probado ser grandes estrellas en sus equipos y en la selección. Para mí y para muchos analistas profesionales y amateurs era indudablemente el mejor plantel del torneo.

Lo mismo opinaba el periodista alemán Sven Tröster, con quién mantuve una interesantísima charla de unos treinta minutos dos días antes de la Final, que será uno de mis mejores recuerdos de esta copa.

Sven me comentó que para él ésta es una cosecha inolvidable de grandes jugadores germanos, posiblemente la mejor de la historia, y me recordó que incluso faltó Reus en este plantel, un gran delantero que se lesionó pocos días antes del Mundial, y que él consideraba un jugadorazo.

Con ese gran trabajo de equipo y magníficas individualidades, Alemania fue avanzando en el torneo y se preparó con seriedad para jugar la gran Final, que la tenía como favorita de todos.

Diplomáticamente, Sven me dijo que teníamos 50 y 50% de chances para la Final, y yo le comenté que para mí era 60 y 40% a favor de los alemanes. A Alemania sólo le quedaba dar un último paso para consagrarse y darle la razón a la inmensa mayoría que opinaba que Alemania sería el futuro Campeón.

No fue fácil dar ese paso definitivo, el consagratorio. Se encontró con un durísimo rival, que la hizo transpirar hasta el último minuto del tiempo suplementario. Entre los dos equipos supieron brindar un maravilloso espectáculo futbolístico, que fue visto por cientos de millones de personas en todo el mundo.

Argentina fue un dignísimo rival en la Final, y tuvo tres chances claras de dejar a Alemania sin su merecido premio. La impericia en esas circunstancias decisivas de tres delanteros de gran categoría, evitó un triunfo sudamericano en la Final, como los Mundiales en América nos tenían acostumbrados hasta ahora.

Argentina le planteó el partido definitorio a Alemania en forma similar a los que le habían complicado la vida al conjunto alemán, pero con mejores individualidades, que podían hacer peligrar la estructura defensiva germana.

Si Argentina hubiera ganado la Final, el mundo recordaría el gran poderío alemán, pero hubiera dicho que una individualidad como Messi se había impuesto y el que marca los goles es el que logra su objetivo final.

La impericia argentina, y la virtud de Götze de concretar la única oportunidad que tuvo para hacer un gol, hicieron justicia con los merecimientos acumulados durante el torneo, pero no necesariamente con lo sucedido en la Final.

Los argentinos lamentaremos por años los tres goles perdidos en el histórico Maracaná el 13 de Julio 2014, con el consuelo y orgullo de saber que estuvimos muy cerca de ser Campeones del Mundo por tercera vez.

Alemania pudo poner un broche de oro a una tarea de reestructuración que venía realizando desde el año 2000 en adelante. Catorce años después todavía no había conseguido los frutos buscados. Tuvo que conformarse con no ser campeón en su propia tierra en el 2006, y quedarse con las manos vacías también en Sudáfrica 2010.

Pero la tenacidad, confianza, organización y capacidad alemana la llevaron a cumplir su sueño y su proyecto planificado de volver al máximo nivel. Su concreción de la mano de jugadores talentosos, que son poderosos físicamente, sacrificados y disciplinados por el bien del equipo, le ha posibilitado a Alemania obtener el premio de situarse nuevamente entre los tres máximos equipos de la historia del futbol, ahora lejos de los equipos como Argentina y Uruguay que tienen dos Copas del Mundo en sus vitrinas.

Felicitaciones al gran equipo alemán, el mejor del mundial, y posiblemente futuro gran candidato para la Copa del Mundo próxima que se jugará en el año 2018.

Auf Wiedersehen Alemania, nos vemos en el próximo Mundial !!!!!!!

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